Lectura preescolar: 5 consejos para educadores y padres

¿Es posible fomentar la lectura preescolar? Si bien en el nivel inicial no se enseña la lectura; esto no quiere decir que en su educación no se motive su acercamiento. De hecho, en etapas tempranas, existe un interés de los niños por este hábito. Desde el momento en que nos dicen “léeme” o preguntan “¿qué dice aquí?” podemos desarrollar estrategias que hagan que leer les resulte atractivo.

Los docentes, y los padres en casa, tienen la capacidad y el rol de ayudar a que los niños puedan entender los textos sin necesidad de que sepan leer. Esto es importante incluso para favorecer su comprensión de lectura para primaria. La pregunta aquí es ¿Cómo hacerlo? A continuación, compartimos 5 consejos útiles que se pueden seguir.

1. Creando entornos que motiven la lectura

Este primer consejo puede parecer general, pero es fundamental comprenderlo. Se trata de crear ambientes de lectura que resulten atractivos para los niños. En los centros educativos, por ejemplo, suelen haber bibliotecas en el aula donde los niños pueden acercarse y elegir el libro que les interese, ya sea para ojear las imágenes y tratar de entender las historias a través de ellas, o para pedir a los docentes que se las lean. Esto también se puede replicar en casa, ya sea en un espacio compartido o en la habitación del niño.

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2. Fomentando la lectura en situaciones reales

Día a día nos encontramos con palabras escritas, ya sea al leer un periódico, un mensaje de texto, el titular de una noticia en la televisión o el menú de un restaurante. Estas son situaciones reales en las que los niños también se encuentran con la lectura. El simple hecho de decirle al niño "aquí dice menú" o responder a su pregunta "¿qué dice ahí?" contribuye a que se acerque a la lectura y pueda reconocer que una grafía (texto o imagen) está asociada a un significado.

3. Leyéndole cuentos o historias a los niños 

Pueden ser cuentos, poemas o historias que despierten su interés y les inviten a tomarse el tiempo para escuchar y entender lo que se les lee. Al leerles un libro, los niños comprenden que estos objetos están diseñados para este propósito, y de manera implícita, reconocen la existencia de una lengua escrita y otra hablada. Además, les permite identificar sus propios intereses, por lo que algunos preferirán los cuentos, otros los poemas, las leyendas o incluso los cómics.

4. Permitiendo que los niños elijan el material de lectura

Para motivar la lectura, no es necesario esperar a que los libros sean asignados en clase; es mejor incentivar a que los niños elijan por sí mismos lo que quieren "leer". Llevarlos a una librería, permitirles hojear entre el material disponible y comprar el que más les atraiga, ya sea por la portada o las imágenes en el interior, es una excelente manera de fomentar su interés. Con el tiempo, este hábito puede ayudar a que desarrollen una preferencia por un género o autor específico, fortaleciendo así su amor por la lectura.

5. Invitarlos a “leer” historias previamente leídas

Tener una pequeña biblioteca en casa puede motivar a los niños a querer "leer" las historias que ya les hemos contado anteriormente. Aunque no sepan leer de manera formal, los niños suelen recordar los cuentos que les leemos y pueden reconstruir las historias a partir de las imágenes o sus propios recuerdos. Esta actividad no solo les ayuda a fortalecer su memoria y comprensión, sino que también les permite desarrollar una actitud positiva hacia la lectura, sintiéndose capaces de participar en ella.

Si motivamos la lectura desde la etapa preescolar, mediante experiencias gratas, estaremos alentando a que los niños sean capaces de interactuar con los textos, logren interpretarlos y desarrollen nuevas competencias. Esto hará que su ingreso a nivel primaria y la asimilación de las lecciones sea más eficiente.