Cómo implementar la educación afectiva y sexualidad en colegios

Hasta 2008, las materias o cursos de educación sexual integral (ESI) no formaban parte de la malla curricular de los centros de educación básica. Aunque en ese año se establecieron lineamientos para su implementación, la adopción fue limitada.

Posteriormente, estudios sobre su integración en las escuelas han evidenciado la necesidad de fortalecer no solo la ESI en términos de salud sexual, sino también de incorporar la educación afectiva y sexualidad. Esto último, permitiría el abordaje de aspectos emocionales, relacionales y de respeto hacia uno mismo y los demás.

¿Cuál es la importancia de implementar la educación afectiva y sexualidad en las escuelas?

La implementación de la educación afectiva y de la sexualidad en las escuelas es esencial para el desarrollo emocional y social de los estudiantes. Este enfoque:

  1. Les permite entender su cuerpo, emociones y sexualidad, promoviendo el respeto propio y hacia los demás, así como el conocimiento de sus derechos.
  2. Fomenta la igualdad de género, fomentando una cultura de respeto y equidad, y ayudando a erradicar actitudes sexistas y discriminatorias.
  3. Difunde la prevención de riesgos relacionados con la salud sexual, como embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual (ITS) y violencia sexual, proporcionando información sobre prácticas seguras y acceso a servicios de salud.
  4. Prepara a los jóvenes para tomar decisiones informadas y responsables en su vida afectiva y sexual, facilitando el desarrollo de habilidades para enfrentar situaciones difíciles y ejercer su autonomía.
  5. Favorece un ambiente inclusivo y respetuoso, donde se promueven relaciones saludables basadas en el consentimiento, la comunicación y el respeto mutuo, y se combate la violencia de género y el acoso sexual.
educación afectiva y sexualidad - ITS

Guía de educación afectivo sexual para docentes

Si bien la educación afectiva y sexual es un componente clave dentro del currículo escolar, no se puede subestimar la influencia de las familias. Los padres y cuidadores desempeñan un papel esencial al transmitir valores, promover la comunicación abierta y garantizar que los niños y adolescentes reciban un apoyo constante y acorde a su desarrollo en los temas de sexualidad. La colaboración entre la escuela y la familia es clave para fomentar un entorno seguro y educativo.

En este contexto, en un trabajo colaborativo entre familia-escuelas, es posible abordar la sexualidad y afectividad, de la siguiente forma:

1. Hablando de sexualidad

Es clave que los padres y madres se sientan cómodos hablando de sexualidad con sus hijos. Para facilitar esta conversación, se pueden organizar campañas o talleres donde se compartan orientaciones básicas y se creen redes de apoyo entre familias. Esto ayudará a romper el silencio sobre el tema y a guiar de forma más efectiva a los estudiantes en su desarrollo afectivo y sexual.

2. Comprendiendo la sexualidad

Es importante que las familias construyan un entendimiento compartido sobre la sexualidad, promoviendo la equidad de género y desafiando los tabúes. Para ello, se pueden realizar talleres y ejercicios que ayuden a identificar y confrontar las creencias, valores y costumbres familiares relacionadas con la sexualidad. Este enfoque colaborativo fortalecerá el apoyo que las familias brindan a los estudiantes, guiándolos en su desarrollo afectivo y sexual de manera integral.

3. Fomentando el autocuidado y la prevención en la sexualidad

Los docentes pueden enseñar a los padres a fomentar el autocuidado y la prevención en la sexualidad. El objetivo es ayudarles a distinguir entre sus propias necesidades y las de sus hijos, buscar información confiable y reconocer la familia como un pilar clave para el desarrollo de una sexualidad sana y segura.

Los docentes preparados no solo pueden abordar temas de afectividad y sexualidad directamente en clase, sino también en colaboración con las familias, para proporcionar un enfoque integral y coherente que refuerce el aprendizaje en el hogar y en la escuela. Esto facilita un ambiente más abierto y seguro para que los estudiantes puedan expresar sus inquietudes, hacer preguntas y desarrollar una comprensión sólida y respetuosa sobre estos temas.