5 tips domina la didáctica de la lectura y escritura en educación inicial
La educación inicial es más que un proceso intermedio que prepara a los niños para el colegio; sino que tiene sus propias características y métodos. En esta etapa se sientan las bases para que los niños tengan la capacidad de adquirir nuevos conocimientos. Y parte de esto involucra la didáctica de la lectura y escritura en educación inicial.
Si bien es cierto que, no es que los niños se gradúen de nivel inicial sabiendo cómo escribir y leer, sí se da aquí un primer acercamiento a estos conocimientos. Esto se propicia a partir del contacto que los docentes tienen con los libros y cuentos que leen a los niños y a través de los cuales despiertan su interés por las letras y por el conocimiento puesto en los textos escritos.
Aquí además se da el primer contacto de la familia con el entorno escolar de los niños. Por lo que también es importante “educarla” para que se vuelva una aliada en el aprendizaje de estos. Por ejemplo, mostrando mejores actitudes de tal manera que motiven el aprendizaje en sus hijos.
5 consejos para dominar la didáctica de la lectura y escritura en la educación inicial
Si te interesa estudiar un programa de pregrado de educación inicial, o mejorar los conocimientos adquiridos durante tus estudios de Educación, estas son cinco recomendaciones que te ayudarán a motivar el aprendizaje de la lectoescritura en el aula de educación inicial.
1. Lectura compartida
Esta práctica puede ser seguida tanto en la escuela como recomendada a los padres. Se trata de elegir textos que sean de interés de los niños, por ejemplo, cuentos, fábulas, etc. y leerlos.
Hacer esto no sólo motiva su interés en los textos escritos; sino que también favorece el vínculo entre los familiares y el niño. Así como en la escuela entre el niño y su entorno escolar: docentes, compañeros de clase.
2. Motivar a los niños a imitar letras
Para ayudar a los niños a familiarizarse con las letras del alfabeto, es útil invitarlos a replicarlas. Se pueden usar plantillas que les permitan practicar la forma de las letras mientras escuchan su pronunciación, reforzando así el reconocimiento de los sonidos. Además, una excelente práctica es asociar palabras que comiencen con la letra que están reproduciendo. Por ejemplo, al trabajar con la letra "A", se puede mencionar "árbol" o "avión", ayudándolos a establecer conexiones significativas entre las letras y su uso cotidiano.
3. Ejercicios de relación entre texto e imágenes
Esta estrategia promueve el aprendizaje lúdico de la lectoescritura. Se pueden colocar en la pizarra palabras o iniciales en una columna y, en otra, dibujos que representen esas palabras. El objetivo es que los niños relacionen cada texto con su imagen correspondiente. Por ejemplo, en la columna de texto se puede incluir "S" y en la de imágenes un sol, permitiendo que los niños unan ambas. Este tipo de actividad estimula su capacidad de asociación y refuerza la conexión entre las palabras y sus significados visuales.
4. Juegos para que aprendan a reconocer las letras
Los juegos son aliados clave en el aprendizaje durante esta etapa escolar, ya que mantienen el interés y la atención de los niños por más tiempo. Hay diversas actividades lúdicas que pueden fomentar la lectoescritura. Por ejemplo, se puede escribir varias palabras en una hoja y pedirles que rodeen con un círculo o coloreen todas las letras “P” que encuentren. Este tipo de ejercicios no solo ayuda a reforzar el reconocimiento visual de las letras, sino que también convierte el aprendizaje en una experiencia divertida y motivadora.
5. Aplaudir los logros, aunque tengan errores
En el nivel preescolar, los niños comienzan a experimentar con la escritura a través de garabatos, trazos y palabras incompletas que muchas veces se acercan a las reales. Aunque estas primeras expresiones no sean precisas, son un gran paso en su desarrollo y deben ser valoradas.
Por ejemplo, si un niño intenta escribir "gato" y produce algo como "gto" o "ato," esto demuestra que ya está reconociendo algunas letras y sonidos relacionados con la palabra. Celebrar estos intentos, sin centrarse en los errores, refuerza su confianza y los motiva a seguir explorando la lectoescritura.